La primera presidenta del INE-México: inspirando la participación femenina en órganos internacionales de decisión

Marta A. Treviño Leyva

El nombramiento de Guadalupe Taddei Zavala como la primera mujer presidenta del Consejo del Instituto Nacional Electoral de México (INE) es un acontecimiento significativo que pone de relieve la creciente importancia de la paridad de género en las instituciones políticas y en los órganos de toma de decisiones. En los siguientes párrafos, exploraré el significado de esta designación, los retos a los que se enfrentará la nueva presidenta y los beneficios potenciales que pueden derivarse de una mayor representación de las mujeres en los organismos nacionales e internacionales.

La asignación de la Sra. Taddei Zavala tiene lugar en un momento relevante en el que la Suprema Corte de Justicia también es presidida por primera vez por una mujer. Aunque otras instituciones gubernamentales de México habían tenido presidentas con anterioridad, los cargos en la Corte y el INE sólo habían estado reservados para los hombres. Además, pese a que el número de mujeres dentro del Consejo Electoral mexicano ha crecido recientemente, ninguna había sido presidenta desde que el IFE (Instituto Federal Electoral, predecesor del INE) fue creado a principios de los años noventa.  

Este nombramiento desafía las normas de género que han marginado históricamente a las mujeres en la política y en los órganos de toma de decisiones y que termina con una larga tradición de tener a hombres al frente del Consejo General del INE. Las mujeres han sido excluidas de los procesos de toma de decisiones políticas y a menudo están subrepresentadas en las instituciones de toma de decisiones a nivel nacional e internacional, más aún de su liderazgo. Esta exclusión puede atribuirse a diversos factores, como los prejuicios culturales y sociales, las leyes y prácticas discriminatorias, y el acceso limitado a la educación y a recursos. Como consecuencia, las mujeres no han podido participar plenamente en la configuración de las agendas y políticas públicas dentro y fuera de sus países, lo que ha provocado una falta de representación de sus perspectivas e intereses, con graves repercusiones en las políticas dentro de los Estados y en todo el mundo. Esto es preocupante si se tiene en cuenta que las mujeres representan más del 50% de la población mundial y refleja la necesidad de que haya más candidatas mujeres como nominadas nacionales e internacionales para los órganos de toma de decisiones.

En la última década, mediante la implementación de reformas constitucionales y legales para promover la paridad, México ha logrado avances significativos en la promoción de la igualdad de género y en la lucha contra la discriminación política de las mujeres por razones de género. En 1996, la legislación electoral mexicana incluía una cuota no obligatoria de no más del 70% de candidatos del mismo sexo, la cual los partidos políticos no respetaban. Los primeros pasos significativos hacia la paridad de género a nivel federal se dieron en 2008 con la reforma del Código Electoral Federal que estableció un sistema de cuotas obligatorio que exigía a los partidos políticos postular al menos 40% del género opuesto para cargos legislativos federales. Este fue un hito importante para la participación política de las mujeres en el país, ya que marcó la primera vez que se establecía una cuota obligatoria de género y logró aumentar el número de mujeres en el Congreso.  En 2008, la asignación pasó a una proporción de 60-40%, lo que ayudó a promover el número de mujeres en el Congreso y a alcanzar la paridad. Sin embargo, en 2014, México dio un paso importante al aprobar una reforma constitucional y legal sobre paridad de género; esta reforma constitucional exigía que los partidos políticos garantizaran que las mujeres constituyeran al menos el 50% de sus candidaturas al Congreso y a los Ayuntamientos. Dicha modificación ha tenido un impacto significativo en la participación política de las mexicanas y ha ayudado a aumentar la representación de las mujeres en cargos de elección popular en todo el país, incluyendo la composición actual del Congreso Federal, con el 50% de la Cámara de Diputados y el 49% del Senado.[1]

La reforma más reciente de 2019-2020, conocida como «paridad en todo», exige que los partidos políticos garanticen que las mujeres constituyan al menos el 50% de las candidaturas a todos los cargos de elección popular, incluido el funcionariado federal, estatal y municipal. También exige que las mujeres estén representadas equitativamente en todos los organismos públicos, como tribunales, Suprema Corte y órganos constitucionales autónomos, como el INE.

Entre todas estas reformas, hubo importantes decisiones tomadas por los tribunales locales y federales de todo el país que contribuyeron a aumentar el número de mujeres en los órganos de decisión política.  Con este marco, México incrementó drásticamente el número de mujeres en el Congreso Federal y locales, así como en los Ayuntamientos de todo el país. Además, ayudó a mejorar la designación de mujeres como líderes de dichas organizaciones mediante estrategias que incluían procesos de convocatoria, escaños o listas solo para mujeres. Como ya se ha dicho, esto allanó el camino para el nombramiento de la primera mujer presidenta del Tribunal Supremo; la posterior investidura de la Sra. Taddei Zavala puede ayudar a reafirmar el papel de la mujer en puestos de liderazgo. 

Además de la relevancia con respecto a la promoción de la paridad de género en México, la selección de Taddei Zavala también tiene importantes implicaciones para los derechos políticos de las mujeres a nivel internacional. Posicionar a una mujer al frente de una institución electoral tan importante como el INE envía un fuerte mensaje sobre la importancia de la participación de las mujeres en el gobierno y la política en México, América Latina y en todo el mundo.

Por su parte, las Naciones Unidas ha reconocido la importancia de la participación política de las mujeres como un derecho fundamental. En conjunto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) ordenan a los Estados signatarios tomar medidas para asegurar la plena participación de las mujeres en la vida política, incluyendo los órganos de toma de decisiones y su liderazgo. Además, la Secretaría General de la ONU ha realizado importantes esfuerzos para aumentar el número de mujeres en todos los niveles, hasta alcanzar una proporción del 50-50%. En cuanto al Sistema Interamericano, el derecho de la mujer a la participación política se basa en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en la Convención de Belem do Pará, que otorgan a las partes firmantes el mandato de promover el derecho de la mujer a participar libre y plenamente en los asuntos políticos. Además, la resolución de la Asamblea General de octubre de 2022 promueve la integración equilibrada de los órganos del Sistema Interamericano. 

Por lo tanto, el nombramiento de Taddei Zavala es un paso concreto para cumplir con esta obligación y demostrar que las mujeres pertenecen a los órganos de toma de decisiones en las organizaciones nacionales e internacionales. Además, designar a una mujer a la presidencia del INE puede servir como ejemplo positivo para otros países que luchan por promover la paridad de género en el gobierno y en los órganos de toma de decisiones y que no han nominado a mujeres como candidatas a organizaciones internacionales. La representación de la mujer en la política y en los órganos decisorios sigue siendo un reto en muchos países y organizaciones internacionales, ya que las mujeres se enfrentan a menudo a importantes barreras para participar en la política. La designación de Guadalupe Taddei Zavala puede servir de modelo a seguir por otros países, demostrando las ventajas de la paridad de género y el liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones políticas, animando a otros países y organizaciones a tomar medidas para nominar y asignar a mujeres en estos puestos.

Es decir, la investidura de Taddei Zavala también puede contribuir a robustecer el esfuerzo de la comunidad internacional por promover los derechos de la mujer y la paridad de género de forma más amplia. El derecho de las mujeres a la no discriminación en asuntos políticos está reconocido como un derecho humano en el derecho internacional, y la igualdad de género es una prioridad crucial para las Naciones Unidas y el Sistema Interamericano, especialmente cuando ambos sistemas están fijando sus esfuerzos para llevar la paridad a sus composiciones.

Sin embargo, Taddei Zavala se enfrentará a retos fundamentales durante su gestión, entre ellos la polémica que rodea su nombramiento. El PAN, partido político en la oposición, ha impugnado su elegibilidad como presidenta ante el Tribunal Federal al considerar que su formación profesional no cumple con los criterios establecidos por la ley. Además, su selección como presidenta de una organización políticamente neutral ha sido cuestionada considerando la supuesta relación de su familia con Morena, el partido político del actual presidente. Este es un reto significativo no sólo en su papel sino para el INE, especialmente considerando el clima político altamente polarizado de México tras la aprobación de la reforma electoral conocida como «Plan B», actualmente suspendida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Como presidenta, Taddei Zavala tendrá la oportunidad de contribuir a desarrollar nuevas normas para seguir mejorando la condición de las mujeres mexicanas en la política. Por ejemplo, aunque las leyes en México han aumentado la participación de las mujeres en candidaturas y cargos públicos, no ha habido una estrategia definida para medir y aumentar la participación de las mujeres durante la jornada electoral u otros mecanismos democráticos como los referendos. La nueva presidenta puede incentivar los derechos políticos de las mujeres a través de una esfera no abordada adecuadamente en las políticas electorales mexicanas, aumentando la participación electoral de las mujeres. Por otro lado, la reforma electoral de 2019 dio un paso importante contra la violencia de género al ampliar la capacidad de los institutos electorales; fortalecer estas capacidades puede contribuir a crear una defensoría pública contra la violencia de género.

Finalmente, la nueva presidenta debe mantener y fortalecer la reputación del INE. Después de toda la polémica que se ha presentado entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el exconsejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, y el exconsejero Ciro Murayama, Taddei Zavala tendrá el reto de reivindicar la buena reputación que tiene una institución de base ciudadana como el INE. Asimismo, deberá asegurarse de que sus bases independientes se mantengan fuertes.

A pesar de los retos a los que se enfrentan las mujeres en la toma de decisiones –y de las peculiaridades de la designación de Taddei Zavala– cada vez se reconoce más la importancia de aumentar el papel de la mujer en el liderazgo, especialmente cuando se trata de la elaboración de políticas. La presencia de mujeres en puestos de liderazgo también puede animar a más mujeres a comprometerse políticamente y aspirar a puestos de liderazgo, así como alentar a más agentes estatales a proponer a mujeres para estos puestos de gran relevancia. Ello demuestra que las mujeres pertenecen a los órganos de toma de decisiones a nivel nacional e internacional.

En conclusión, el nombramiento de una mujer presidenta en una institución electoral significativa como el INE tiene importantes implicaciones para la paridad de género y el liderazgo femenino no sólo dentro de México, sino en América Latina y en organizaciones internacionales que se suman a la actual presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esta designación sirve como un paso concreto hacia el cumplimiento de las obligaciones internacionales para promover la participación política de las mujeres –como un modelo a seguir por otros países y organizaciones internacionales– y contribuye a promover la paridad de género. Adicionalmente, la nueva presidenta enfrentará retos en cuanto a su elegibilidad para presidir el INE y mantener la neutralidad dentro de la política mexicana; también tendrá la oportunidad de abordar temas que no han sido analizados a fondo en el ámbito mexicano, como la participación electoral de las mujeres y la defensa jurídica estatal contra la violencia de género. Esto demuestra que la aportación de las mujeres en los órganos de decisión ofrece una perspectiva que puede beneficiar a la institución y a otras mujeres tanto a nivel nacional como internacional.


[1] IDEA Internacional. Gender Quota Database. Mexico. (Mar. 11, 2023) https://www.idea.int/data-tools/data/gender-quotas/country-view/220/35


Marta A. Treviño Leyva, especialista en derechos humanos.

Imagen: INE TV.

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