El 21 de marzo la CIDH, en conferencia de prensa, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos anunció la aprobación de reformas a su Reglamento, políticas y prácticas (http://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/Resolucion1-2013esp.pdf), dando por cumplidas las recomendaciones formuladas por el Grupo de Trabajo del Consejo Permanente de la OEA. El Presidente de este órgano, Comisionado José de Jesús Orozco, hizo un llamado a los Estados de la OEA a concluir el proceso de fortalecimiento del SIDH en la Asamblea General a celebrarse el día de mañana viernes 22 de marzo, dando paso a una nueva etapa en la que aporten los recursos económicos para implementar las reformas, acordes con la “magnitud” del mandato a desarrollar.
El Comisionado Orozco si bien calificó esta etapa de reflexión como positiva, reafirmó la necesidad de darla por concluida para que la CIDH retome plenamente su misión de promoción y protección de los derechos humanos en la región, después de casi dos años de destinar buena parte de sus limitados recursos a la reforma.
Recordó que la CIDH ha mantenido un diálogo continuo con los órganos políticos de la OEA y la sociedad civil a través de varios mecanismos de forma “participativa, incluyente y transparente” que desembocaron en las reformas reglamentarias y aspira a que los Estados reunidos en la Asamblea General valoren este camino recorrido hasta ahora para el fortalecimiento del SIDH.
Finalmente, ante preguntas de diversos medios de comunicación sobre los temas de preocupación o insatisfacción expresados por diversos Estados (ver post anteriores sobre reuniones de esta semana en el Consejo Permanente), como si las Relatorías Temáticas debían transformarse en Relatorías Especiales o si el financiamiento debía provenir solo de fondos regulares y no tener ningún destino particular, la CIDH, en voz de los restantes Comisionados y Comisionadas y la Relatora para la Libertad de Expresión, reiteraron la importancia de que los Estados garanticen con fondos propios su funcionamiento, pero en tanto esto no sea una realidad, no se obstaculice la cooperación externa para no caer en un “estrangulamiento financiero” que pondría en peligro su gestión. Agregaron como punto final que los fondos externos se enmarcan siempre en las prioridades de atención que la propia Comisión identifica y no responden a intereses externos.