Vladimir Saldaña y Oscar Antonio Pérez
El 17 de marzo de 1982, durante el conflicto armado en El Salvador, cuatro periodistas de nacionalidad holandesa sufrieron uno de tantos ataques realizadas por la Fuerza Armada para sembrar terror y miedo entre la población. Sus cuerpos quedaron tendidos en el césped y junto a ellos las únicas “armas” que le acompañaban: su cámara, plumas y libretas.